- La intersección entre salud y tecnología, un sector en auge
Imagina una visita médica en la que una inteligencia artificial ayuda a detectar al instante una enfermedad rara, o una app móvil que te alerta de un riesgo cardíaco antes de que ocurra. Este escenario, que hace poco parecía ciencia ficción, es hoy una realidad emergente gracias a la intersección entre salud y tecnología.
La salud digital –desde la telemedicina hasta la inteligencia artificial sanitaria– está transformando el cuidado de las personas. Pero detrás de cada innovación disruptiva hay un catalizador muchas veces invisible para el público general: el venture capital o capital riesgo. En este artículo exploramos cómo el capital riesgo en salud digital impulsa avances médicos, dinamiza la economía y mejora el bienestar de la sociedad.
La digitalización de la salud se ha acelerado de forma vertiginosa en los últimos años. Según datos recientes, el mercado global de salud digital crece alrededor de un 25% anual desde 2019, y se estima que alcanzará los 660.000 millones de dólares en 2025, frente a 175.000 millones en 2019[1].
Esta explosión refleja la rápida adopción de tecnologías como aplicaciones móviles de salud, telesalud, dispositivos médicos conectados e inteligencia artificial en medicina.
Y es que las startups de salud digital han proliferado para dar respuesta a retos como el envejecimiento poblacional, las enfermedades crónicas o la necesidad de una atención más personalizada.
Los inversores no han sido ajenos a esta tendencia. Solo en 2023, la financiación de venture capital global en salud digital rondó los 24.000 millones de dólares. Este flujo de capital está impulsado por el entusiasmo en torno a soluciones de salud basadas en IA y datos, que prometen mejoras radicales en eficiencia y resultados clínicos. Si bien Estados Unidos lidera la inversión, Europa también muestra un ecosistema en crecimiento, con 1.700 millones de dólares invertidos en salud digital europea en solo el tercer trimestre de 2024[2].
Este auge de la salud digital se debe a que la tecnología ofrece soluciones antes impensables. La telemedicina permite consultas remotas que acercan la atención a zonas rurales o a pacientes con movilidad reducida. Los wearables y apps de seguimiento recopilan datos en tiempo real sobre nuestra salud. Y la inteligencia artificial está dando un salto cualitativo en múltiples áreas médicas: desde el diagnóstico por imagen hasta la gestión hospitalaria.
- Venture capital: combustible para la innovación sanitaria
Detrás de muchas de estas startups y tecnologías transformadoras, encontramos el apoyo crucial del venture capital. El capital riesgo aporta mucho más que dinero. Por su propia naturaleza, estas entidades invierten en compañías nuevas de rápido crecimiento, adquieren participaciones significativas en ellas y ayudan a desarrollar nuevos productos y servicios.
De este modo, los fondos de venture capital añaden valor a través de una participación activa en la gestión de las empresas, asumiendo riesgos elevados con la expectativa de altas rentabilidades a largo plazo. En otras palabras, el venture capital se especializa en detectar innovaciones prometedoras en fases iniciales y empujarlas para convertirlas en realidades comerciales exitosas[3].
En el ámbito de la salud digital, el papel del venture capital es especialmente vital. Innovar en salud requiere normalmente de largos periodos de I+D, cumplimiento regulatorio estricto y validación clínica rigurosa. Esto supone tiempos y riesgos que a menudo superan la apetencia de la financiación bancaria tradicional o de los inversores más conservadores.
Ahí es donde los fondos de venture capital marcan la diferencia: están dispuestos a financiar la incertidumbre, apostando por tecnologías no probadas pero potencialmente revolucionarias. Su inversión temprana permite que startups con ideas brillantes –por ejemplo, un algoritmo para diagnosticar cáncer de piel a partir de fotos, o una plataforma que optimiza la gestión de camas hospitalarias– puedan desarrollar prototipos, realizar ensayos clínicos y escalar sus soluciones.
Además del capital financiero, los fondos especializados ofrecen experiencia sectorial y contactos. Por ejemplo, un fondo centrado en salud digital suele contar con expertos en biomedicina, tecnólogos y gestores con recorrido en sanidad. Esto les permite asesorar a las startups, conectar emprendedores con sistemas de salud, hospitales y farmacéuticas, e incluso ayudar en la navegación regulatoria. De hecho, las mejores firmas de venture capital actúan como verdaderos co-creadores del valor de las empresas: refinan los modelos de negocio, atraen talento clave a los equipos directivos y abren puertas a alianzas estratégicas. Así, no solo aportan dinero sino mentoría, conocimiento de mercado y una red global para acelerar el crecimiento de las compañías[4].
- Economía y bienestar: un impacto dual positivo
La inversión en tecnología sanitaria tiene un efecto multiplicador tanto en la economía como en la sociedad. Desde el punto de vista económico, cada euro invertido en una startup de salud digital genera actividad en múltiples frentes: contratación de ingenieros, científicos de datos, médicos; compra de equipos; contratación de servicios profesionales. Esto impulsa la creación de empleos cualificados y el desarrollo de industrias auxiliares.
En efecto, según la Comisión Europea, el potencial económico y social de los datos en salud es enorme: pueden dar lugar a nuevos productos y servicios, aumentar la eficiencia y proporcionar herramientas para afrontar retos sociales[5].
En particular, «en el ámbito de la salud, los datos pueden contribuir a una mejor asistencia sanitaria, tratamientos personalizados y ayudar a curar enfermedades raras o crónicas. También son un potente motor de innovación y nuevos empleos, y un recurso fundamental para startups y pymes»[6]. Ello significa que apoyar iniciativas de salud digital no solo genera posibles retornos financieros, sino que estimula innovación en toda la economía.
Desde la perspectiva social, las tecnologías de salud digital mejoran directamente la calidad de vida de las personas. Nuevas herramientas diagnósticas logran detectar enfermedades de forma más precoz y precisa, lo que se traduce en tratamientos más efectivos. Aplicaciones de seguimiento y dispositivos vestibles (wearables) permiten una monitorización continua de pacientes crónicos desde casa, reduciendo ingresos hospitalarios. Plataformas de teleasistencia facilitan que personas mayores o dependientes reciban cuidados profesionales sin desplazarse. Cada una de estas innovaciones, frecuentemente respaldadas en su fase inicial por el venture capital, tiene un impacto tangible: vidas salvadas, enfermedades mejor gestionadas, usuarios más empoderados sobre su salud.
Un claro ejemplo es la inteligencia artificial aplicada a la medicina. Hoy vemos algoritmos que analizan radiografías y resonancias con una precisión muchas veces superior a la humana, acelerando diagnósticos y detectando patrones sutiles que podrían escaparse al ojo experto. También existen sistemas de apoyo clínico que procesan millones de historiales médicos para sugerir a los doctores diagnósticos o tratamientos personalizados basados en evidencia actualizada. El procesamiento de lenguaje natural permite extraer información valiosa de textos clínicos y hasta desarrollar chatbots que atienden dudas de pacientes y gestionan citas[7].
Estas soluciones de IA, inicialmente desarrolladas por startups, están transformando especialidades como la radiología, la dermatología o la farmacología. Invertir en ellas no solo genera potenciales ganancias financieras, sino que implica mejorar la detección de enfermedades, diagnósticos más certeros, seguimientos más completos y tratamientos más efectivos – en definitiva, invertir en salud digital es invertir en el bienestar y la calidad de vida de miles de personas[8].
Vale la pena enfatizar esta última idea: el retorno del venture capital en salud se mide también en vidas mejoradas o salvadas. Un fondo que apuesta por una empresa de telemedicina posibilita que, por ejemplo, un paciente con un infarto reciba atención inmediata vía videoconferencia antes de llegar al hospital. Otro que financia una plataforma de gestión de datos clínicos contribuye a que investigadores descubran tendencias para desarrollar nuevos fármacos. De esta forma, el capital riesgo en salud digital alinea incentivos económicos con impacto social positivo de forma muy directa.
- CRB Health Tech: el valor de la especialización en salud digital
En Europa está emergiendo una nueva generación de fondos de venture capital especializados en el sector salud-tech, conscientes de las particularidades y el potencial de este ámbito.
Un caso destacado es CRB Health Tech, una gestora de capital riesgo independiente focalizada exclusivamente en ciencias de la vida y salud digital[9]. Este fondo, con sede en España y oficinas en Madrid y Barcelona, ejemplifica cómo la especialización y la visión estratégica pueden impulsar el ecosistema de salud digital europeo.
Recientemente, CRB Health Tech lanzó su tercer fondo –CRB Digital Health III–, señalado como el primer fondo en España dedicado en exclusiva a la salud digital[10]. Con un tamaño objetivo de 50 millones de euros, este vehículo invertirá en unas 25 compañías innovadoras que ya estén en fase comercial o próxima a comercializar sus soluciones, preferentemente tras haber logrado validación clínica y autorización regulatoria.
La estrategia es aportar entre 0,5 y 1,5 millones de euros por empresa (hasta 4 millones en las más prometedoras) para potenciar su crecimiento[11]. Es decir, CRB Digital Health III busca ser el impulso definitivo que lleve a startups europeas de salud digital, ya probadas, a escalar en el mercado.
Lo interesante de fondos como CRB es cómo combinan inversión y conocimiento sectorial. El equipo de CRB Health Tech está compuesto por emprendedores experimentados y ejecutivos de corporaciones globales de salud y tecnología. Esto les permite ofrecer, además de capital, apoyo estratégico y una red de contactos internacional en el sector sanitario.
En palabras de sus socios, iniciativas así aprovechan que regiones como Cataluña cuentan con «hospitales y centros de investigación de clase mundial, sumados a un ecosistema de talento emprendedor y TI, la combinación adecuada para desarrollar este espacio [de salud digital]» [12].
La colaboración público-privada también ha sido clave: instituciones como el Institut Català de Finances (ICF) invirtieron 3 millones en el fondo para reforzar Cataluña como hub de innovación sanitaria en Europa. El respaldo de aseguradoras (Sanitas), bancos (CBNK) y farmacéuticas (Cantabria Labs, entre otras) completa un elenco de inversores que aportan credibilidad y alcance al fondo[13].
Así las cosas, el valor añadido que genera un fondo especializado se aprecia en varios niveles:
- Para los emprendedores de salud digital, contar con un inversor como CRB supone tener un socio que habla su mismo idioma, entiende los desafíos regulatorios (por ejemplo, ensayos clínicos, marcado CE de dispositivos médicos, cumplimiento de la normativas sobre protección de datos en un ámbito tan sensible como es el de la salud) y puede abrir puertas a pilotos con hospitales o aseguradoras.
- Para los inversores del fondo, la especialización incrementa la probabilidad de éxito, ya que el equipo gestor selecciona proyectos con conocimiento profundo del mercado y puede aportarles guía estratégica.
- Y para el sistema sanitario en general, fondos así focalizados actúan como engranajes que conectan la innovación con las necesidades reales: canalizan capital hacia soluciones que encajan en flujos clínicos, cumplen estándares de seguridad y aportan valor tangible a pacientes y profesionales.
Cabe destacar que este movimiento no ocurre en el vacío, sino en un contexto europeo propicio. La Unión Europea está poniendo en marcha regulaciones y programas que, bien implementados, favorecerán la confianza e impulso de la salud digital. El Reglamento Europeo de Gobernanza de Datos (Data Governance Act) busca aumentar la disponibilidad de datos para innovación, incluyendo datos de salud, mediante mecanismos seguros de compartición[14]. Más datos fiables significan algoritmos de IA más precisos y mejor entrenados. A su vez, el Reglamento de Inteligencia Artificial de la UE regula los sistemas de IA de “alto riesgo” como los sanitarios, exigiendo evaluaciones antes de su uso comercial y cumplimiento de requisitos que protejan derechos fundamentales. Todo ello sin olvidar el Reglamento Europeo sobre los Productos Sanitarios.
De este modo, se busca crear un entorno donde las startups pueden innovar con mayor certidumbre jurídica y los pacientes pueden confiar en estas nuevas tecnologías.
Es más, no debe olvidarse que a nivel europeo, también existen iniciativas de apoyo financiero público (como fondos de inversiones del Banco Europeo de Inversiones o programas tipo Horizon Europe) que coadyuvan al desarrollo de soluciones health-tech.
- Conclusión: un círculo virtuoso de inversión e innovación en salud
En la encrucijada de la salud y la tecnología se está gestando un círculo virtuoso. El venture capital financia a emprendedores visionarios que desarrollan soluciones digitales para la salud. Estas innovaciones, una vez aplicadas, mejoran la calidad de la atención médica, ahorran costes al sistema sanitario y salvan vidas.
A su vez, el éxito de estas empresas genera retornos financieros, atrayendo más inversión al sector. Es un modelo donde todos ganan: ganan los inversores con retornos atractivos en un mercado de alto crecimiento; ganan los sistemas de salud que incorporan herramientas más eficientes; y, sobre todo, ganan las personas, que disfrutan de una atención más preventiva, personalizada y accesible.
En definitiva, el valor del venture capital en la salud digital va más allá de los números: reside en su capacidad para encender la mecha de soluciones disruptivas que dinamizan la economía y, simultáneamente, elevan el bienestar colectivo. Europa, con fondos especializados como CRB Health Tech liderando el camino, tiene la oportunidad de posicionarse a la vanguardia de esta revolución. Invertir en salud digital no es solo financiar startups; es apostar por un futuro donde la tecnología y la salud caminen de la mano para crear un mundo más sano, más próspero y más humano.
[1] SEN, M., «Is this how healthcare will be optimized in the future?», World Economic Forum, 19 de diciembre de 2024. Puede consultarse en https://www.weforum.org/stories/2024/12/healthcare-hospital-of-the-future/#:~:text=Secure%20digital%20health%20solutions%20will,from%20%24175%20billion%20in%202019.
[2] GALEN GROWTH, «Q3 2024 Digital Health Funding: Global Ecosystem poised to outperform funding deployed in 2023», 10 de octubre de 2024. Puede consultarse en https://www.galengrowth.com/q3-2024-digital-health-funding-global-ecosystem-poised-to-outperform-funding-deployed-in-2023/#:~:text=trajectory%2C%20securing%20another%20USD%206,In%20this%20evolving.
[3] SERRANO ACITORES, A., Las entidades de capital riesgo, Pirámide, 2020.
[4] ICF, «ICF invests three million euros in the CRB Digital Health III fund, the first in Spain to specialise in digital health», 1 de octubre de 2024. Puede consultarse en https://www.icf.cat/en/sala-de-premsa/ICF-invests-three-million-euros-in-the-CRB-Digital-Health-III-fund-the-first-in-Spain-to-specialise-in-digital-health#:~:text=The%20fund%20manager%2C%20CRB%20Health,the%20healthcare%20and%20technology%20sector.
[5] COMISIÓN EUROPEA, Data Governance Act explained, última actualización de 11 de octubre de 2024. Puede consultarse en https://digital-strategy.ec.europa.eu/en/policies/data-governance-act-explained.
[6] SERRANO ACITORES, A., Economía Digital y Regulación Europea. Mercados y Servicios Digitales, Criptoactivos, Gobernanza de Datos e IA, Tecnos, 2023, p. 265.
[7] SERRANO ACITORES, A., La Inteligencia Artificial en el Ámbito Sanitario. Protección de los Derechos Fundamentales de los Pacientes, Tecnos, 2024, pp. 82 y ss.
[8] ICF, op. cit.
[9] ROCA, «Roca Group ventures into digital health and invests in the third CRB Health Tech fund», 31 de julio de 2024. Puede consultarse en https://www.roca.mk/news/roca-group-ventures-into-digital-health-and-invests-in-the-third-crb-health-tech-fund#:~:text=CRB%20Health%20Tech%C2%A0,Medical%20Technologies%2C%20and%20Digital%20Health.
[10] INTERECONOMÍA, «El ICF invierte tres millones en un fondo especializado en salud digital», 3 de octubre de 2024. Puede consultarse en https://directo.intereconomia.com/#!!/noticia/el-icf-invierte-tres-millones-en-un-fondo-especializado-en-salud-digital-20241003-1051/
[11] EUROPA PRESS, «El ICF invierte tres millones en el fondo CRB Digital Health III de salud digital», 2 de octubre de 2024. Puede consultarse en https://www.europapress.es/catalunya/noticia-icf-invierte-tres-millones-fondo-crb-digital-health-iii-salud-digital-20241002103232.html.
[12] ICF, op. cit.
[13] ROCA, op. cit.
[14] SERRANO ACITORES, A., Economía Digital …, op. cit., pp. 265 y ss.